Original en francés
Traducción: Hedyn Núñez.
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Transcripción: Véronique Loriot
AA. URIEL3 de Julio 2011
Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados Niños de la Ley de Uno, vengo a ustedes con el fin de hacer resonar la Vibración de vuestra Esencia en el sentido del Uno y el Amor del Uno. Juntos vamos a cantar el sonido de la Libertad, sonido de la Esencia, sonido del Espíritu y el Alma mezclándose al sonido del Uno, en el Canto de la Fuente Unificada. Amados del Uno, ha llegado la hora, en el momento que vivimos, con ustedes y a vuestro lado, de vivir, de acceder a vuestra Eternidad, revelar vuestro Sonido, revelar vuestro canto, el de vuestra Unidad, el de la Verdad, el que los pone en sincronía con el Canto del Universo, con el Canto de los multi-universos, reuniéndolos en la Libertad del conjunto de las Conciencias liberadas, creadas libres de toda eternidad con el fin de cantar la Libertad.
Sonido y Canto. Magia de la resonancia. Magia de la Vibración. Más allá de toda Ilusión. Canten el Canto de Gracia, eleven el Canto de la Libertad, pasen a ser lo que son más allá, más allá de todo límite. Entonen el sonido de lo Ilimitado. Entonen el sonido de la Verdad, el de la Paz, el de la Alegría, ese al que ningún obstáculo puede afectar lo que ustedes son en Verdad, donde ninguna Sombra puede opacar el resplandor de vuestra Presencia, donde ningún miedo puede venir a alterar cualquier emanación o cualquier cosa de vuestra Presencia, cualquier cosa de vuestra Vista, esa más allá de los ojos, esa más allá de la Ilusión. Ver la Verdad, es ser la Verdad. Cantar el Sonido de Libertad los sienta en vuestra propia Eternidad, en vuestra propia Verdad, esa dónde la Libertad es la palabra Maestra.
El sonido del alma y del Espíritu se develan poniéndose en resonancia con el Canto de la Tierra liberada, el Canto del Cielo llegando en adelante hasta ustedes por el Ángel Metatrón y por la Gracia de mi Presencia, en vuestra Presencia, elevando, en ustedes, el Fuego del Éter de la Tierra, encendiendo el Fuego del Corazón, Fuego de Alegría, poniendo fin a la Ilusión, al encierro y al sufrimiento.
Hijos de la Verdad, Niños de la Unidad, juntos, nosotros somos el Canto. Juntos, nosotros somos el Canto, el Canto de la Libertad, el Sonido de la Verdad, el Sonido del Único. Ya que son uno en el seno de la Fuente, ya que ustedes son únicos y nosotros somos únicos. En ustedes como en ustedes, en nosotros como en ustedes. En toda conciencia, Cantando el sonido de la Libertad, vivan entonces la esperanza. La esperanza no de un mañana, no de una otra parte sino la esperanza, de cada instante satisfecho, de ser la Eternidad. La esperanza no de otra parte sino de la Verdad de toda Eternidad.
Hijos del Uno, Niños del Amor, amados y amantes, la hora ha llegado de elevar el Canto, el del sonido de vuestra resonancia a la llamada y a la promesa de la Fuente, revelando vuestra Verdad. Escuchen, escuchen y oigan el Sonido de vuestra Libertad, el Canto de vuestra Liberación, el Canto de vuestra expansión, la que los trae al infinito, en el conjunto de los posibles, donde la palabra imposible no puede ser pronunciada ni incluso considerada, más allá de todo límite, esa del cuerpo, como la del Espíritu. Naveguen, naveguen con nosotros en los espacios ilimitados, allí donde canta el Amor, allí donde canta la Unidad, allí donde canta el sonido de la Eternidad, vuestro sonido, vuestra resonancia, vuestra afinidad y sobre todo vuestra Libertad. El bullicio de este mundo cesa en el Canto del Uno de la Fuente Una, en el Canto de la Tierra, en el Canto de vuestro Espíritu liberado, llegando hasta vuestras orejas, revelando las trompetas de la Libertad, llamándoles, en Verdad y en Unidad, al despertar en Cristo. Ya que Él viene, en majestad. Canto a vuestras orejas y en vuestro Corazón la llamada a la Libertad, la llamada que debe pasar a ser lo que Son, en Verdad.
Hijos, amados del Uno, Niños Cristo revelados en la Presencia y la Alegría. Canten el sonido de la Libertad y la Alegría. Canten el sonido del retorno del Cristo llegando como un ladrón en la noche, en vuestro Templo, en vuestra Conciencia, más allá de todo límite, más allá de toda condición de edad, más allá de toda condición de país, más allá de toda condición. Conviértanse en los Seres desacondicionados saliendo de la Ilusión de la Matriz y penetrando las esferas de vuestra Eternidad, allí donde se despliega el Canto de la Verdad, el Canto de la Luz, el Canto de la Fuente que es vuestro sonido, vuestro Canto y vuestra Eternidad.
Niños del Uno, escuchen. Escuchen y oigan. Canten con nosotros el sonido de la Libertad, el de vuestro Corazón que nunca ha dejado de latir, incluso en la Ilusión, desplegándose hoy, llamándoles a la Unidad, llamándoles a vuestra Libertad, llamándoles a la Liberación de todas las Ilusiones, pidiéndoles vivir, por fin, de la Respiración de la Verdad. A vivir, por fin, el Aliento de la Libertad reencontrada, la Libertad del Corazón, la de ser el Amor, no vuelta hacia una cosa sino en vuestra Esencia.
Hijos del Uno. Vibren, juntos, mi Presencia en vuestra Presencia. Vuélvanse hacia él como se vuelve hacia ustedes con el fin de sacarlos de lo que no es la Vida. Con el fin de hacerles penetrar el misterio de la vida, en Conciencia, en Unidad, en Verdad. Oigan. Escuchen la llamada de la Presencia. Oigan la llamada del despliegue de la Luz, desplegando, tal una flor, el Espíritu, permitiendo al Espíritu reconocerse en sí mismo y pasar a ser lo que siempre ha sido con el fin de poner fin a la novatada y a la privación. Oigan. Escuchen el sonido de la Libertad. Oigan la llamada del Cristo. El Sol viene a ustedes, pronto, con el fin de permitirles renacer en esta Resurrección en el Canto de la Eternidad, con el fin de participar en la ronda de los mundos, a de pasar a ser ustedes mismos la ronda de los mundos, la que no conoce ningún límite, ningún encierro, donde todo es Libertad, donde todo es Gracia. Ustedes son la Gracia. Escuchen y oigan el sonido de la Gracia que no es otro que el sonido de la Libertad. Conviértanse en la Libertad. Conviértanse en la Gracia. Eleven vuestra Vibración. Eleven la conciencia en el seno de la Luz Vibral, que es sonido.
Escuchen. Escuchen y oigan la pulsación de la Unidad llamándolos a vibrar en la Eternidad y en el Infinito del tiempo, en el Infinito de los mundos, creadores para siempre de vuestra propia Realidad, de vuestra propia Verdad, no dependiendo de ninguna condición ni de ningún acondicionamiento. De ninguna manera controlados, por fin liberados, por fin libres. Escuchen. Escuchen y oigan a fin de resonar y cantar el sonido de la Libertad, el que vuestras orejas perciben más allá del sonido de la Tierra, más allá del sonido del Cielo, vibra en ustedes el sonido de la Libertad, el que unifica el conjunto de los sonidos en un sonido de Gracia, Canto del Universo y Canto de Amor proclamado en lo más alto de los Cielos, en lo más alto de las Dimensiones como en lo más profundo de las Dimensiones.
Hijos del Uno, despierten. El momento ha llegado de salir en la Verdad. Oigan. Oigan la llamada, oigan el Canto. Conviértanse en el Canto. Conviértanse en la llamada. Tiéndanse hacia Él como se Él se tiende hacia ustedes, abandonándose a Él como Él se abandona a ustedes. Reencuentren la Fuente ya que, en este Canto, todo emana de fuente, en la Verdad de la Unidad revelada y develada donde ningún obstáculo puede presentarse, donde ningún muro puede detener el sonido de la inmensidad, donde ninguna presencia puede interferir con la Presencia Una, Presencia del Canto, Presencia del sonido firmando, por fin, la Unidad reencontrada.
Amados del Uno, son la Unidad. Amados de la Fuente, son la Fuente. Salgan. Salgan de vuestros límites. Salgan del encierro por la Gracia de la resonancia del Canto del Uno viniendo hasta ustedes, en vuestro Templo, en vuestras orejas, viniendo a inundar vuestra conciencia limitada, viniendo a abrevarlos de la fuente de la Libertad. Canten. Canten el Canto de Verdad. Canten el Canto de los Universos..
Niños, sean. Sea lo que son. Salgan de la Ilusión. El Canto de Vida desciende en vuestro Templo firmando Su Presencia, firmando Su despliegue así como vuestra Presencia y vuestro despliegue. Todo se da la vuelta. No hay ya nada a retornar, si no es de retornar a vuestra Esencia que se ha cumplido en este mundo y en la Ilusión, poniendo fin a ésta, permitiendo tomar a lo amplio, el del viento de la Libertad, llamándoles a más Verdad, a más Canto, a más sonido. Escuchen y oigan ya que es eso que pasan a ser ahora, el sonido y el Canto de la Verdad, el que proclama y declama el Cristo de toda Eternidad. Son ustedes los Hijos del Uno. Son los Hijos de la Verdad. Son la Fuente. Vibren. Juntos. Por mi Presencia en vuestro Templo, por mi Presencia en el seno de vuestro Corazón, acogemos juntos la Luz Blanca, la del retorno de la Verdad, la del retorno del Cristo, en Unidad y en Verdad, en vuestra Unidad y en vuestra Verdad. Abramos. Abramos las válvulas. Abramos con ustedes, al infinito de Su Presencia, poniendo fin a todo sufrimiento, poniendo fin a todo lo que no es él, poniendo fin a todo lo que no es ustedes, más allá de la Ilusión.
Sean. Sean la Verdad. Sean el Canto. Sean la Unidad. Sean la belleza ya que es lo que ustedes son, no son nada de otro que todo eso. No son nada de otro que el conjunto de la Verdad, en ustedes, revelada para siempre. Escuchen. Escuchen y oigan el despliegue de la Ola del Amor que viene a tocar a la puerta de vuestro Templo, viniendo a enfrentarse a la puerta de la Tierra, abriendo tal una fruta madura, como una flor desplegándose bajo la caricia del Sol. Ábranse a la Fuente que canta en ustedes. Ábranse al sonido que viene a resonar. Desplieguen el cubo con el fin de convertirse en la promesa de vuestra Libertad. Ustedes son la Libertad. Son la Verdad. Son la Vida, así como se los ha dicho, así como el se los ha prometido.
Bien amados Niños de la Verdad, la hora del Corazón por fin ha venido. La hora de Libertad, hora de Gracia y hora de Gloria cuyo Canto resuena en ustedes como en este Universo, como en este sistema solar. Vengan a nosotros ya que nosotros vinimos a ustedes, a acompañarles al umbral de vuestra Libertad. Les tendemos el Corazón para que tiendan el vuestro, con el fin de reunificarnos. Vengan. Vengan a ustedes mismos. Vengan a él. Sean. Sean la Libertad, sean la Verdad. Conviértanse en la Vibración de la Unidad. Escuchen. Escuchen y oigan, y canten el Verbo y la alabanza de la creación de los mundos. Salgan del lenguaje. Conviértanse en la creación. Salgan de la Ilusión de un creador ya que no hay creación, excepto la Unidad de toda Eternidad. Ustedes son la Verdad. Son la Unidad. Son la Vida, el Canto de la Vida que se despliega en adelante en vuestro Templo Interior, en vuestra Conciencia. Sigan el sonido. Canten el sonido ya que el sonido es Libertad, el sonido es Liberación. Y el Cristo canta en ustedes, pronto, viniendo como un ladrón en la noche, abrir lo que debe ser con el fin de penetrar el misterio de vuestra Eternidad.
El Ángel Uriel así como el conjunto de los Arcángeles anuncian la buena nueva de la llegada del Cristo, en ustedes. El Cristo del Éter convirtiéndose en el Cristo de vuestro Corazón para que el Fuego del Corazón sea el único Fuego que los anima con su Canto, de su quemadura que es una caricia. Quemadura del Espíritu, caricia del Espíritu pidiéndoles elevarse cada vez más y expandirse de más en más en vuestra Verdad, allí donde no puede existir ningún límite, allí donde no puede existir ninguna limitación. Allí donde todo es belleza. Allí donde todo es Verdad, donde ninguna Sombra puede persistir. Escuchen. Escuchen y oigan el Canto. Canten resonando, dentro de vuestro Ser, el Canto de la Libertad. Escuchen. Juntos. En conjunto vibramos en el espacio sagrado de vuestro Templo, en el espacio sagrado de los Universos, para siempre reunidos y libres, para siempre por fin liberados.
Bien amados, bien amadas Semillas del Uno, esas de la Estrella de Verdad, ustedes son la Luz. Salgan de lo que no son ustedes. Abran las válvulas y oigan el canto de vuestro propio Corazón cantando al unísono del Cristo. Él se despliega. Vengo a anunciárselos. La hora de la Paloma, la hora de la Libertad, el retorno de la Jerusalén. Abran las puertas. Abran las compuertas. Desplieguen en ustedes la Luz. Desplieguen lo que son. Abran y canten. Escuchen este Canto que se instala en ustedes ya que él es vuestra Presencia y Su Presencia en el mismo espacio, en el mismo tiempo, más allá de todo límite, de tiempo y de espacio.
Acojan. Acojan Su Presencia después de haber acogido Su Luz y su Verdad. Acojan Su Presencia con el fin de pasar a ser lo que son: Luz y Verdad. Fuego. Sacrificio sagrado elevándolos por el Canto del Uno a las puertas de la Eternidad. Estas puertas, presentes dentro de esta Ilusión, permitiéndoles abrir las válvulas al Amor y a esto que ustedes son, es decir, el Amor. Canto de Eternidad que debe escucharse, oír y cantar. En el mismo espacio, en el mismo tiempo, el de la Libertad. Escuchen. Escuchen la Gracia, la que llena y que corre sin nunca vaciarse, llenándose a cada momento. Fuego. Fuego ardiente de vuestra Verdad, de Su Presencia. Se los anuncio, yo, Arcángel Uriel, participando en la liberación de los mundos. Vengo en Alegría, vengo en la Gracia a revelar vuestra Alegría, revelar vuestra Gracia si no obstante me acogen. Ahora. Preparando así el Canto y el sonido último de la última trompeta, la de la Verdad, la de vuestra Eternidad.
Juntos. La ronda Arcangélica, el conjunto de las Conciencias, acuciantes ante vuestra Conciencia con el fin de verles nacer en las esferas de la Unidad, cantará con ustedes el Canto de la Libertad. Oigan el sonido. Escuchen. Escuchen la Vibración. El Fuego del Corazón viene, como un bálsamo, a borrar todo lo que no es verdadero. Se los anuncio. En el Canto de mi Presencia.
Niños, paridos en el Uno. Escuchen. Escuchen y oigan. No en la cabeza sino en el conjunto del ser, en el corazón del ser. El Corazón, que es el Ser, vibra al unísono y resuena a la llamada del Cristo, a la llamada del Sol.
Abran y acojan. Cantemos la alabanza del Espíritu. Espíritu de Libertad.
... Efusión Vibratoria…
La trompeta de Metatrón abrirá en ustedes las últimas puertas y sellará la puerta de la Ilusión conduciéndolos a la Verdad para el infinito del tiempo, para la Eternidad del tiempo, para el infinito de los espacios y de los tiempos si tal es vuestra Vibración, si tal es vuestra Presencia.
Amados del Uno, abran. Ábranse al Canto del Universo como él se abre a ustedes. Acojan el Canto con el fin de convertirse ustedes mismos en sonido de la Libertad. La Luz de la Paz y la Alegría, la de la Eternidad que nunca se apaga, dónde ninguna Sombra puede aparecer. El les invita que vivir. Les invita a la Vida. Les invita a la Verdad. El les invita a Ser con el fin de no parecer. Les invita a cantar, a participar al coro de los Ángeles, en el coro de los Universos. Sonido de la creación creada desde toda Eternidad, más allá de un punto de partida, más allá de un punto final.
Cantemos y vibremos ya que la Luz vibra y canta como el Sol, como los planetas libres y liberados. Abramos juntos la puerta de vuestro Pasaje que cerrará la misma puerta sobre toda zona de Sombra privada de Luz ya que ella no existe.
Soy el Arcángel Uriel y se lo anuncio, y se lo digo, y se los vibro ya que cantamos juntos el Canto de su Anuncio, ya que cantamos juntos el sonido de la Vibración de Su Presencia donde todo sólo es Amor. Juntos. Vibración y Presencia. Conjunto. Vamos juntos a acoger, alineados, en la Nave de Luz, en vuestra Nave, en vuestro Templo, preparando así el Canto final, el Canto del retorno.
La Luz Vibral les llama como Cristo les llama. La Fuente, nombrándoles “mi Amigo, mi Amado”, viene a recordarles, su juramento y vuestra promesa, para siempre sellados en ustedes, incluso en las Sombras de este mundo. Abran.
El Canto del cristal, el de la Fuente, resuena en ustedes y resonará cada vez más, haciendo eco a su llamada para que su llamada se convierta en vuestra llamada. Resurrección. Nacimiento que es verdadero Nacimiento y no renacimiento en la Ilusión. Juntos. Vamos a vivir en el Aquí y Ahora el despliegue de nuestra Presencia común, unificada. Unifiquémonos en la Libertad y en el Cristo.
El Ángel Uriel hace silencio para que el sonido del Canto se despliegue, en ustedes y en mí, que estoy con ustedes. Ahora. Acojamos, juntos, las bendiciones y la Gracia. Ahora.
... Efusión Vibratoria…
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