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La Alegría ¿real o fingida? 

 

Hay una respuesta estrella cuando nos preguntan: ¿Cómo estás? Seguro que la has respondido internamente ahora mismo. La respuesta es ¡BIEN! Es una respuesta comodín, cómo si dijéramos, PASO PALABRA o cualquier otra. "Bien" no define qué emoción estoy sintiendo ahora mismo. ¿Se supone que cuando digo "bien" me siento alegre, me siento tranquilo, me siento cómodo?¿Qué quiere decir bien para ti? Muchas veces nos plantamos con una sonrisa en la cara, pero en realidad es una sonrisa fingida, es una máscara con la que nos disfrazamos para quedar bien, o simplemente para evitar las demás emociones  de  forma consciente o inconsciente.

 

Cuando nuestra alegría es una máscara social

 

El sonreír y estar bien se ha vuelto una señal de estatus social, una moneda de cambio con la cual nos forjamos una imagen de bienestar y comparación con los demás. En una sonrisa fingida solamente utilizamos los músculos de los labios y la boca, mientras que una sonrisa auténtica utilizamos los músculos cercanos a los ojos, la frente, la boca y los labios. Por tanto, con un poco de entrenamiento se puede distinguir a simple vista cuando la alegría es real o fingida.

 

La alegría es "la emoción llamada positiva" por excelencia, parece que todo el mundo debería estar contento, es la emoción mejor tratada y de mayor aceptación social, ya que es la que tenemos más ganas de vivir y de compartir con los demás. En el caso del miedo, la tristeza o la rabia, a nivel social parece que el mensaje es de censura, de no sentir estás emociones, incluso se habla de emociones "negativas".

 

En el caso de la alegría, es al contrario, la sociedad busca fomentarla: ¡sonríe un poco! ¡estate contento! ¡cambia esa cara! haciendo más fácil la aparición de la falsa alegría. Esto hace que muchas veces utilicemos la alegría cuando NO LA SENTIMOS tapando otra emoción, por ejemplo la tristeza o la rabia, incluso el miedo.

 

Cuando nuestra alegría es real y auténtica

 

Como dice Jorge Bucay, la alegría genuina se caracteriza por tres rasgos: proviene del interior, ilumina, y es sencilla. ¿Cómo se manifiesta en el cuerpo? A través de una sonrisa, apertura corporal, risas, los ojos están más abiertos, la persona tiene más energía, etc.

 

Los músculos cercanos a los ojos llamados músculos orbiculares se involucran en el proceso de alegría real, cuando dibujamos una sonrisa espontánea y natural, y el brillo aparece en nuestros ojos. En una sonrisa real podremos observar que las mejillas suben de su lugar y las cejas descienden un poco

 

La alegría es una emoción expansiva que nos lleva al contacto, al acercamiento con los demás. La alegría tiene tres manifestaciones: El erotismo que se experimenta en la zona del bajo vientre, la ternura que la sentimos en la zona del corazón y la curiosidad que se siente en el global del cuerpo.

 

En el nivel más bajo de la escala de la alegría, ponemos la comodidad y la tranquilidad. En el nivel más alto de  ponemos la euforia. La alegría real es el resultado de estar en contacto con nosotros mismos. Y desde ese lugar podemos regularnos. y conectarnos con nuestro cuerpo.

 

¿Qué hago para no caer en la falsa alegría?

 

Primero de todo, reconocer la alegría en mi cuerpo cuando viene, por ejemplo, siento la alegría en mi barriga como un cosquilleo. En segundo lugar, dejármela sentir; acepto lo que estoy sintiendo en este momento sin pretender cambiarlo o modificarlo, me dejo sentir la alegría sin negarla ni forzarla, no lucho para que se quede o se vaya, le doy espacio sin juzgarla.

 

En tercer lugar, gestionar y expresar la emoción  una vez reconocida y aceptada la alegría, puedo saber que necesito, decido conscientemente que hago con ella, cómo la expreso o la vivo conmigo mismo y con el otro. Por ejemplo, siento alegría porque tengo un nuevo trabajo, la reconozco en mi garganta, le doy un espacio y me la permito sentir, aunque aún no me lo crea del todo, y cuando he hecho esto ahora puedo decidir cómo gestionarla y expresarla. Me río sola, y se me dibuja una gran sonrisa en los labios. Ahora decido, ¿Quiero compartir mi alegría con los demás?

 

Por último si he seguido este proceso, puedo dejar que pase, no aferrarme a ella, y dar un espacio y un lugar a otras emociones cómo el miedo, la tristeza, o la rabia. De esta forma no me quedo "enganchado" en la alegría, ya que de esta forma se convierte en máscara y en alegría fingida, cuando nos aferramos y enganchamos a ella.

 

La alegría es una emoción cómo todas las demás, de corta duración, es el fruto de conectar con nuestro interior. ¿Te atreves, a experimentar la alegría de verdad, con el riesgo a que sea transitoria?

 

http://psicoemocionat.com/1/post/2013/03/la-alegra-real-o-fingida.html