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Jesús y Cristo

¿Quién es Jesús Cristo? A lo largo de los siglos se ha venido haciendo esta pregunta una y otra vez, y también ha sido respondida. Pero los que preguntaban estaban equivocados, y también los que respondían, porque la pregunta implicaba un cierto prejuicio y lo mismo la respuesta. No eran esencialmente distintas; su origen era uno y el mismo.
La pregunta la formulaban aquellos que recelaban de la divinidad de Jesús, y la respuesta venía de quienes no estaban preparados para creer en la humanidad de Jesús. Solo estaban capacitados para creer una mitad de él. Los judíos estaban listos para creer que era un hombre, y los cristianos lo estaban para creer que era Dios. Los judíos negaban una mitad,, la parte de Cristo, y los cristianos negaban la otra mitad, la parte de Jesús.
¿Quién es Jesús Cristo? Los cristianos no quieren verlo como Jesús, hijo de un hombre, un hombre de carne, sangre y huesos, un hombre como los demás. Los judíos no querían creer en él como Dios, como divino, hecho de pura consciencia, no de carne, sangre y huesos.
Nadie ha sido capaz de creer en Jesús en su totalidad. y no solo le ocurre esto a Jesús, sucede igual con todos los Maestros, Buda, Krishna, Zaratustra: Y, salvo que consientas que Jesús penetre en ti en su totalidad, no serás transformado. A menos que lo admitas tal como es, no entrarás en contacto con él, Jesús es ambas cosas, Jesús y Cristo, y no se avergüenza de ello.
En la Biblia él dice muchas veces: «Soy el Hijo del hombre», y tantas otras veces también dice: «Soy el Hijo de Dios». Parece no tener ni idea de la contradicción que hay entre las dos cosas. No hay ninguna. La contradicción existe en nuestras mentes. No existe en el ser de Jesús. Su ser es un puente entre tiempo y eternidad, cuerpo y alma, este mundo y el otro. Su ser es un puente entre lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido. Es completamente un puente, se siente cómodo a ambos lados porque es los dos. Jesús y Cristo son como dos orillas, y un río solo es posible si existen dos orillas. Jesús es el río que fluye entre estas dos orillas: ambas son suyas.
Él existe entre las dos, es el río.